Normandía
La luz de los impresionistas
Paisajes que fueron fuente de inspiración para los pintores modernistas
Si Normandía es bien conocida por las playas del Desembarco, antes de este desastre que supuso la II Guerra Mundial, fueron los pintores bautizados como impresionistas los que se adentraron en sus paisajes.
Eugène Boudin nacido en Honfleur en 1824, fue de los primeros en dejar el estudio y salir a la campiña en busca de los colores y la luz. El pintor de los cielos y los paisajes tuvo como discípulo y amigo a Claude Monet que se afincó en la localidad de Giverny. A estos les siguieron decenas de artistas que nos dejaron un legado onírico descubriendo para la burguesía de la época, numerosas poblaciones de la costa normanda.
Claude Monet, sinfonía de colores
Una buena manera de iniciar nuestro camino por el impresionismo es visitando Giverny, donde Claude Monet tenia su casa y estudio. En esta pequeña población situada a una hora y media de Paris, disfrutaremos con los jardines donde Monet se inspiraba para sus cuadros. Estanques, nenúfares, sauces llorones, todo tipo de flores, el decorado perfecto lo tenía junto a la casa que también se puede ver. La mejor época para visitarlo es de mediados de abril a finales de octubre. Monet murió en Giverny en 1926 y está enterrado en el panteón familiar del cementerio que rodea la iglesia parroquial.
Muy cerca se encuentra el Museo del Impresionismo, un moderno edificio cuyo contenido va rotando con los autores de este movimiento. Rodeado de jardines, incluye un agradable restaurante entre la arboleda.
Rouen, la catedral y Juana de Arco
Normandía reparte actualmente su capitalidad entre Rouen y Caen. En el casco antiguo de Rouen, de marcado carácter medieval, cohabitan más de dos mil casas con las fachadas de colombage. La catedral, una de las mayores de Francia, es un buen ejemplo de lo que llegó a ser esta ciudad en la historia. Conserva una torre románica pero su afiligranada fachada denota un marcado estilo gótico. La vista se pierde entre pórticos repletos de figuras que también decoran la torre. Por la noche, entre junio y septiembre, un maping aprovecha los recovecos de su fachada para contarnos historias de vikingos, de Gillaume le Conquérant, de Juana de Arco o de otros hechos relevantes ya que cambia cada año. ¡Realmente impresionante!
En la actual Place du Vieux Marché fue quemada Juana de Arco en 1431. En este lugar y junto al antiguo mercado, se levanta una moderna iglesia cuyo interior no deja de sorprender, tanto por el diseño como por las vidrieras antiguas que se consiguieron salvar de los bombardeos. Vale la pena visitar el Memorial dedicado a Juana de Arco con una espectacular puesta en escena, así como adquirir las lágrimas (Larmes de Jeanne d'Arc) que elabora la histórica confitería Auzou.
La Rue du Gros Horloge une la Place du Vieux Marché con la de la catedral. Precisamente en esta calle se encuentra la confitería y junto a ella, un antiguo portal con campanario gótico y un espectacular reloj donado por el gremio de tejedores en el siglo XVI que aún sigue funcionando.
El río Sena a su paso por Rouen, describe un meandro que acaricia su casco antiguo. Sus orillas fueron fuente de inspiración para impresionistas como Monet, Renoir y Sisley, y cada cinco años en su puerto fluvial, se produce una de las mayores concentraciones de veleros del mundo. La próxima Armada de Rouen tendrá lugar del 6 al 16 de junio del 2019.
La Costa de Alabastro
Este sobrenombre queda especialmente justificado cuando nos situamos en la capilla de Notre-Dame de la Garde que domina la localidad de Étretat. Desde allí divisamos su hermosa playa y los acantilados de piedra caliza que se extienden a ambos lados. Su blancura y el vaivén del mar que ha producido profundas erosiones en la roca, lo convierten en un paisaje único. Allí mismo se encuentran Les Jardins d'Étretat, un paisaje ordenado y poético formado por arbustos, flores y esculturas que rinde homenaje a los colores y formas pintados por los impresionistas.
Muy cerca de Étretat, Fécamp es un pueblo de pescadores que fue creciendo gracias a la pesca del bacalao. En aquellos tiempos heroicos los barcos iban hasta Terranova durante varios meses y regresaban con las bodegas repletas de capturas. Aquél mundo quedó atrás y actualmente el museo de Les Pêcheries, en un moderno edificio que fue almacén de salazón, rinde homenaje a aquella época con objetos y audiovisuales que describen lo duro de aquél trabajo. Interesante y curioso resulta el espacio dedicado a la infancia, donde el doctor Léon Dufur dedicó toda su vida a la reducción de la mortalidad infantil. A finales del siglo XIX "inventó" la Gota de Leche, biberones personalizados y desinfectados para cada niño con lo que se evitaba la transmisión de enfermedades. Este sistema se extendió rápidamente por medio mundo.
El casco antiguo de la población se ordena alrededor de la monumental abadía de la Santísima Trinidad que junto con el ayuntamiento conforman el centro del pueblo. Otra visita interesante es la que merece el Palacio Bénédictine, donde tiene su origen el famoso licor. Su invento va ligado a un nombre: Alexandre Le Grand. Gran, coleccionista de arte religioso que en 1863 habría descubierto en alguno de los libros, la fórmula procedente de un monje benedictino. Con más de dos docenas de hierbas y especies aromáticas no paró hasta conseguir este misterioso licor digestivo que aún hoy en día sigue llegando a miles de hogares. Visitar el Palacio Bénédictine es adentrarse en una obra ecléctica que guarda numerosos tesoros en sus magníficos salones, para finalizar en el lugar donde se elabora el bénédictine según fórmula secreta guardada con sumo esmero. La visita termina en un gran espacio con plantas donde degustar el licor.
Le Havre, de la destrucción a Patrimonio de la Humanidad
La ciudad de Le Havre fue destruida en un 90% por los bombardeos de los aliados. Tras el desembarco de Normandía, se tardó más de lo esperado en romper las líneas de defensa alemanas y los aliados se dedicaron a bombardear las posiciones estratégicas para debilitar el frente. La precisión de los ataques en aquella época no disponía de los sistemas actuales y murieron miles de personas entre la población civil.
Terminada la guerra se inició de inmediato la reconstrucción de la ciudad y el arquitecto August Perret fue el encargado del diseño. Contó con un equipo de expertos y planificó una ciudad de calles rectilíneas, amplias avenidas, edificios de una altura determinada y departamentos basados en los 6,24 metros de fachada (el máximo permitido para la estructura que debían soportar). De esta forma se garantizó vivienda gratuita para aquellos que lo habían perdido todo. Visitar el "apartamento modelo" junto a la oficina de turismo, nos da una idea de la apuesta avanzada de aquellos arquitectos y diseñadores de los años sesenta, con un mobiliario funcional, modernos electrodomésticos para la época y sistemas de ventilación y calefacción. ¡Todo un acierto!
La guinda de este proyecto es la iglesia de San José con una torre-campanario de 107 metros de altura. Pero la más evocador de este proyecto no está en su estructura exterior sino en el diseño interior y la luz que proyectan las vidrieras diseñadas por Marguerite Huret. En el 2005 la UNESCO valoró todo el proyecto de reconstrucción y declaró el centro de la ciudad Patrimonio de la Humanidad, pero esta no ha dejado de crecer. Junto a Les Halles surgió Vulcano, un ambicioso proyecto arquitectónico creado por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer que acoge teatro y biblioteca. Enfrente, en el Bassin du Comerce, dos potentes chorros de agua enfrentados conmemoran el 500 aniversario de la fundación de la ciudad.
Le Havre sigue siendo uno de los principales puertos de mercancías de Francia. Mientras sigue manteniendo una inusitada actividad, los antiguos tinglados y almacenes se están transformando en locales comerciales y junto a ellos está surgiendo una nueva ciudad.
Si nos gusta el impresionismo, no hay que marchar sin visitar el Museo de Arte Moderno André Malraux (MuMa). Situado en un moderno edificio junto a la entrada del puerto comercial, acoge la mejor colección de Eugène Boudin, el pintor impresionista de los paisajes, amigo personal de Monet y afincado durante mucho tiempo en Le Havre.
La Costa Florida
Honfleur fue población histórica en el siglo XIV, defendida por una muralla de la cual actualmente sólo se conserva un pequeño vestigio a la entrada del puerto deportivo. Precisamente su imagen con los veleros y las casas de colombage de telón de fondo, son de lo más representativo de la población. La otra probablemente sea la iglesia de Santa Catalina, en el centro del antiguo barrio de pescadores. Construida totalmente en madera, lo que denota en aquél tiempo la falta de recursos de sus progenitores, el techo de las dos naves reproduce el modelo de cascos de barco invertidos. Y para mayor originalidad, el campanario se encuentra justo enfrente, para no cargar en exceso al conjunto del edificio.
Pero actualmente Honfleur es una de las poblaciones más visitadas de Francia. Si los impresionistas sacaron el jugo de sus luces cambiantes, ahora son los más de tres millones de turistas los que buscan en sus calles medievales, las galerías de arte, tiendas de recuerdos, productos regionales y restaurantes para todos los bolsillos.
Trouville era un pequeño pueblo de pescadores alejado de la costa cuando, a mitad del siglo XIX, comienza el gran desarrollo turístico de la línea litoral que atrae la alta sociedad del Segundo Imperio. Nace Trouville-sur-Mer, las modas han cambiado y ahora aquellas gentes, que se construyen grandes y suntuosas villas, gustan de pasear frente al mar, tomar las aguas y lucir los últimos modelos de alta costura. El paseo de tablas de madera de más de un quilómetro que se extiende entre las mansiones y la ancha playa, es el que aún actualmente utilizan miles de personas en verano, mientras que en la playa de arena fina surgen como setas en otoño, sombrillas multicolores que le dan un toque de modernidad.
El Casino, construido en 1912 mantiene el aire "belle époque", aunque ahora en el interior se juegue con euros. Cerca de él, Les Cures Marines han modernizado los tratamientos, de cuando se venía a Trouville a tomar las aguas con fines terapéuticos. Un profundo puerto que se funde con el río La Touques, acoge una importante flota pesquera que se dedica tanto al pescado como al marisco y los "coquillages". Allí, en la Pescadería, todo el año puestos de mercado ofrecen producto fresco para cocinar en casa y mariscos hervidos para comer allí mismo. ¡Una verdadera delicia!
Junto a Trouville y separados por un puente, Deauville conserva aún el aire señorial en la fisonomía de sus casas y en los dos hipódromos galopan los mejores pura sangre árabes. Dauville ha cumplido apenas 150 años y nació cuando la élite que veraneaba en Trouville buscó más exclusividad. En el hipódromo La Touques con dos pistas (verano e invierno) de 2,4 km de longitud, se celebran pruebas ecuestres durante todo el año. El mercado de los equinos es muy importante y sólo hay que ver como están cuidados. El precio de un buen caballo de carreras puede oscilar entre los 150.000 y los 300.000 euros.
De todas maneras, actualmente todo este mundo se ha democratizado y las carreras son ahora un espectáculo abierto a todo el mundo con múltiples actividades, sobretodo para los más pequeños. Dauville actualmente apuesta por un cambio con una actividad cultural importante. Seis eventos durante todo el año (música clásica, cine, fotografía, literatura...) y el antiguo convento franciscano que en 2020 abrirá convertido en un gran centro cultural, son buena prueba de ello. Además, el Casino sigue funcionando como en 1912 y junto a él, en la plaza Yves St Laurent, las marcas de moda más exclusivas. Coco Chanel abrió aquí su primera boutique en el verano de 1913. La amplia y extensa playa propone una amplia gama de actividades con un centro de casetas para cambiarse y ducharse como antaño. Una modernidad que aún se mantiene.
Para percatarse del verdadero ambiente de otras épocas, hay que visitar la Villa Strassburguer situada en una pequeña colina y rodeada de un bonito jardín. Perteneció a un acaudalado americano y ahora es de la municipalidad. La decoración y mobiliario se ha mantenido como antaño y aquí se rodó parte de la película Coco Chanel.
Deauville mantiene todo el glamour de otras épocas con las carreras de caballos, el casino y el festival de cine. La Villa Strassburguer es una buena muestra de aquél ambiente. Courses Cheval © Sandrine Boyer Engel
Caen, bastión de Gillaume le Conquérant
La ciudad antigua podemos decir que se extiende entre dos lugares históricos: la fortaleza de Gillaume le Conquérant y la Abadía de los Hombres. La peatonal calle Saint Pierre une prácticamente estos dos lugares mostrando antiguas fachadas renacentistas, una de colombage con rica decoración e iglesias como la de Saint Saveur.
La fortaleza es un gran recinto amurallado que rodea una colina, en cuyo interior se encuentra la iglesia de San Jorge, los restos de la residencia de Gillaume y los museos de Bellas Artes y de Normandía. Guillaume le Conquérant (1027 -1087) descendiente de los vikingos, estableció aquí su bastión; fue duque de Normandía con el nombre de Guillermo II y rey de Inglaterra en 1066 como Guillermo I. Desde lo alto de las murallas, con la iglesia de San Pedro enfrente y por la cantidad de agujas de campanarios que se divisan, nos atreveríamos a bautizar Caen como la ciudad de las iglesias.
En el otro extremo, cuando llegamos a la Place L. Guillouard, nos sorprende, detrás de los jardines, el enorme edifico del ayuntamiento y adosado a él los ábsides de la Abadía de los Hombres. Las oficinas municipales ocupan las dependencias del antiguo monasterio benedictino y para visitar la monumental iglesia (s XI-XIV) donde está enterrado Gillaume le Conquèrant, hay que entrar por el ayuntamiento. Un conjunto que merece la pena.
De la calle Saint Pierre parte la Ecuyère, cuyo rosario de bares atrae la movida estudiantil. Y desde la iglesia de Sait Saveur por la calle Froide (toda una premonición) desembocaremos en la Place Saint-Saveur que presidida por la estatua de Luis XIV, acoge los viernes el popular mercado tradicional. Otro lugar que merece la pena, sobretodo cuando llega la hora de comer, es el barrio de Vaugueux cercano a la fortaleza y la iglesia de San Pedro. Los restaurantes se dan la mano con buenas propuestas de "menú tradition".
El desembarco de Normandía
En el año 2019 se celebra el 75 aniversario del día D, triste efemérides por un lado por la cantidad de gente que murió y histórica por lo que supuso para el fin de la II Guerra Mundial. El Memorial de Caen en un moderno edificio situado en las afueras de la ciudad (se llega con la línea 2 del autobús) repasa, no solamente el hecho histórico en sí, sino también la situación del mundo antes de 1945, el desarrollo de la II Guerra Mundial, la "guerra fría", el terror nuclear, la caída del muro de Berlín y los principales conflictos bélicos que se han ido sucediendo hasta nuestros días. Un buen recorrido a casi un siglo de existencia que nos llevará más de tres horas para visitarlo.
Guía práctica
Cómo llegar.- Desde la frontera, según partamos del extremo oriental o el occidental, la distancia hasta Caen oscila entre los 950 y 850 km, siempre teniendo en cuenta que el recorrido lo vamos a realizar por la red de autopistas francesas. El presente itinerario entre Giverny y Caen, pasando por Rouen, la Costa del Alabastro y la Costa Florida, tiene unos 300 km.
Otra posibilidad es tomar el avión hasta Paris y allí alquilar un coche. Desde el aeropuerto Paris-Charles de Gaulle a Giverny, inicio de la ruta, sólo hay unos 100 km (1:30 h). Air France enlaza Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Málaga, Palma de Mallorca, Mahón e Ibiza con el aeropuerto Paris-Charles de Gaulle. Vuelos cómodos y económicos de entre 1:45 h y 2 h de duración. www.airfrance.es
Elixir de dioses
Para los griegos la
manzana era sinónimo de juventud y los dioses las tenían en su paraíso y hay de
aquél que quisiera robarlas. El departamento de Calvados huele a zumo de
manzana. Avalado por una A.O.C., en el Pays d'Auge, el Calvados, ese elixir que
se extrae del zumo de manzana, sufre una doble destilación. Los expertos pueden
elegir entre 90 variedades de manzana; las hay dulces, agridulces, amargas y
ácidas y su combinación será determinante para la obtención del mejor producto.
El zumo de manzana fermentado se convierte en la sidra y con la destilación
obtenemos el aguardiente (2.500 l de sidra para 400 l de alcohol). Para ello se
tendrá que pasar por un complicado sistema de alambiques y condensaciones para
acabar reposando en barricas entre dos y una veintena de años. Todo esto y
mucho más lo podremos aprender si visitamos Calvados
Expérience en la localidad de Pont l'Êvèque. Un atractivo montaje empieza
por contarnos la historia de Normandía, para continuar con el descubrimiento
del Calvados a mitad del siglo XVI y terminar con la degustación de alguno de
los productos o si se prefiere, de algún cóctel creativo. www.calvados-experience.com
Más información:
Normandía www.normandie-tourisme.fr/es
Caen www.caen-tourisme.fr
Deauville www.deauville.fr
Fecamp www.fecamptourisme.com
Honfleur www.ot-honfleur.fr
Le Havre www.lehavretourisme.com
Trouville www.trouvillesurmer.org
Rouen www.rouentourisme.com
Texto e imágenes: Jordi Bastart