Sierra de la Albera

Es la última estribación pirenaica antes de llegar al Mediterráneo. Sus altitudes ya han tomado otras proporciones siendo su pico más alto, el Puig Neulós con 1256 metros. Esta formación montañosa marca el límite entre dos comarcas, el Empordà al sur y el Rosselló al norte. Más que separar une dos territorios en los que los vínculos son evidentes. Lengua y cultura se comparten y hasta que se estableció el Tratado de los Pirineos (1659) el Rosselló formó parte de la comunidad catalana.

La vertiente septentrional, la que mira al Rosselló, está poblada de frondosos bosques de encinas, alcornoques, castaños y algún pinar. Desde siempre hubo poblamiento en esta zona como lo atestiguan los numerosos dólmenes que encontraremos por poco que nos adentremos en caminos y senderos. Y es que la Albera es un lugar ideal para realizar senderismo, desde las poblaciones que se asientan a su vereda y por la buena señalización que se extiende en territorio francés, GR, PR y senderos locales nos guiarán por rutas aptas para todos los públicos, donde cada cual deberá valorar sus aptitudes.

Si el hombre prehistórico encontró, agua, madera y caza para su supervivencia, cuando a partir del siglo VIII, Carlomagno permitió la instalación en estas tierras de los cristianos que huían de la ocupación árabe y más tarde, con el repoblamiento en los siglos XI y XII, se empezaron a levantar templos, prioratos y monasterios que, actualmente son verdaderas joyas que nos recrean la vista.

Pinturas murales del siglo XII

Empezamos por la zona más occidental. Cerca del Le Boulou (el Voló), la capilla de San Martí de Fenollar de arquitectura prerrománica, esconde un tesoro: magníficos frescos del siglo XII visibles en el coro. Su decoración evoca la historia de la Encarnación y la visión de la Maiestas Domini, inspirada en el Apocalipsis: Cristo rodeado por el Tetramorfo recibe el homenaje de los veinticuatro Ancianos. Se dice que es la decoración pintada más importante del Rosselló, en la que en 1910 se inspiraron artistas como Braque y Picasso por la fuerza expresiva de las caras y sus tonos. Justo al lado se encuentra un espacio donde se cuenta toda la historia de esta región, cuando por la Via Domitia transitaban ejércitos romanos y mercancías.

Un remanso de paz

Vamos ahora hasta Villelongue-dels-Monts (Vilallonga dels Monts) para visitar el priorato Santa Maria del Vilar, Se encuentra a un par de kilómetros de la población y fue fundado en 1083 por una comunidad de canónigos agustinos a los pies de la Albera. Los monjes transformaron un edificio de la época carolingia en un hospital para los peregrinos que iban a Santiago de Compostela y añadieron una iglesia y un claustro. Adornan el ábside principal con sublimes frescos (siglos XI y XII) cuyos vivos colores, así como las escenas y motivos representados, son bastante sorprendentes. Los canónigos ocuparon el priorato hasta el siglo XIV, cuando fueron secularizados. En 1802, los edificios fueron vendidos a un agricultor para uso agrícola. La iglesia se convirtió en un establo, el lugar fue abandonado en 1942 y rápidamente fue sepultado bajo una exuberante vegetación. El conjunto fue comprado en 1993 por la Sra. Lucette Triadou que, con la ayuda de un centenar de voluntarios, emprendió los trabajos de restauración. Hoy en día, lo regentan una comunidad de monjas ortodoxas, se puede visitar y ver los restos de los frescos (ss. XI-XII) que adornan los ábsides principal y absidial de la iglesia. Cada año se celebra un festival lírico: canciones profanas y religiosas. El lugar, rodeado de abundante vegetación, es un remanso de paz y desde allí salen diversos caminos.

Imágenes del priorato de Santa María del Vilar situado cerca de Villelongue-dels-Monts

Un claustro contemplativo

Nos desplazamos ahora hasta Saint-Génis-des-Fontaines (Sant Genis de les Fonts) para visitar la abadía benedictina que fue construida en el año 780 por Sentimir. Destruida por los normandos en el siglo IX, fue reconstruida en las décadas siguientes.. El claustro fue construido a finales del románico catalán (finales del siglo XIII). Aunque tres de sus cuatro partes fueron vendidas entre 1922 y 1924, la particularidad es que, más tarde, pudo ser recuperado. Se caracteriza por la policromía de sus mármoles: el blanco de Céret, el rosa de Villefranche-de-Conflent y el negro de Baixas, así como por la ornamentación de los capiteles. Si contemplarlo ya es una verdadera delicia, escuchar un concierto de música clásica en su interior es un completo éxtasis.

El claustro superior se ha convertido en una galería de arte donde exponen artistas locales, mientras que la iglesia dedicada a san Miguel, que fue edificada en la misma época que el monasterio, conserva retablos de gran valor. Hay que contemplar la fachada para ver la pieza más original. El dintel de mármol blanco de Céret, es una obra fundamental de la escultura románica de principios del siglo XI, donde se puede ver Cristo en una mandorla sostenida por un par de ángeles y rodeada por dos grupos de tres personajes. En la entrada del claustro se encuentra la oficina de turismo.

Concierto de la orquesta Perpignan Méditerranée en el claustro de Saint Génis des Fontaines

Mercado y piedras históricas

Por último, de los cuatro monumentos románicos más importantes, nos queda por descubrir la abadía de Saint André (Sant Andreu de Sureda). Fue en el año 823 que una comunidad de monjes benedictinos emprende la construcción de esta abadía que posteriormente sufrió distintas reformas aunque se conserva la planta del templo primitivo. Tiene un amplio transepto donde se abren tres ábsides semicirculares. La puerta principal de la iglesia tiene un dintel, que a menudo se ha comparado con el de Saint-Genis-des-Fontaines, aunque es algo posterior al de aquél templo. En el interior se conservan una magnífica colección de obras esculpidas que se puede completar con la visita a la Maison de l'Art Roman justo enfrente, donde se encuentra la oficina de turismo. En la plaza que se abre justo al lado, resulta recomendable el mercado que se celebra cada tercer domingo del mes, excepto julio, agosto, enero y febrero. Artesanía, productos de proximidad, cervezas artesanales, ostras de Leucate y anchoas.

                                                      Guía Práctica

Como llegar: Hasta el Rosselló, desde España se puede llegar por la autopista AP-7 o la N-II si lo hacemos por el oeste (la Jonquera, el Perthus o el Boulou) o por la N-260 si lo realizamos por el este (Portbou, Cerbère). La carretera D 618 es una especie de autovía que va desde Le Boulou hasta Argelès-sur-Mer, en 20 km. Con sus derivaciones, recorre todas la poblaciones situadas a la vera de la sierra de la Albera.

Especial familias: Para niños y niñas tanto románico puede llegar a empachar. A un par de kilómetros de Surède, si nos adentramos en el Valle Heureuse, llegaremos al Valle de las Tortugas, en espacio que representa un verdadero aliciente para grandes y pequeños. Allí veremos no sólo tortugas sino también otros animales como iguanas, suricatas, ouistitis, pequeños primates muy simpáticos. Pero realmente las tortugas son las grandes protagonistas ya que además de la tortuga de la Albera que está en peligro de extinción, los grandes ejemplares de las Seychelles con más de doscientos kilos de peso, impresionan. El parque se completa con área de juegos, animales domésticos con los que se puede interrelacionar, área de picnic, sendero musical, etc. www.lavalleedestortues.fr

Más Información

Pirineos Orientales www.turismo-pirineosorientales.es/

www.tourisme-pyreneesorientales.com/sites/www.tourisme-pyreneesorientales.com/files/atoms/files/dossierpresse-adt66-fr_web.compressed.pdf

Texto y fotos: Àngels Castillo y Jordi Bastart